Dos prodigios que retoman la conversación sobre la música El ex-Talking Heads volvió a añadir su voz e ideas para una serie de tracks que Eno (productor de U2, Paul Simon y Coldplay) preparó como proyecto aparte y que terminaron en un disco poco pretencioso y con grandes momentos. En el año 1981, Eno se encontraba trabajando con la banda de Byrne en la producción artística de lo que sería el esencial disco Remain in light, verdadero mojón en la historia de la banda de post-punk más ambiciosa y reconocida a nivel mundial. En medio del proceso, se coló un disco hecho en conjunto por la dupla de quien sería conocido como el padre del género electrónico Ambient (Eno) y uno de los músicos más influyentes incluso hoy (Byrne). A este último ahora rinden pleitesía desde bandas como Radiohead hasta quienes hoy llevan la batuta del rock mundial, el caso de los canadienses de Arcade Fire o gran parte de la camada del rock bailable que hoy componen grupos como Clap your hands say yeah o LCD Soundsystem. Se trata de dos figuras de la música que hoy habitan los alrededores del planeta pop y que hace años salieron del centro, pero que siguen influyéndolo de forma directa e indirecta. Ese disco del año 1981 se llamó My Life in the Bush of Ghosts y se volvió un auténtico clásico de la música electrónica en el que ambos fueron los primeros en aplicar efectos y mecánicas de trabajo para este tipo de producciones que harían escuela. Pero esta nueva colaboración no tiene tantas ínfulas. No pretende ser un "disco-libro de teoría" ni mucho menos. Es más, primero que nada, suena accesible. El dúo presentó este trabajo como un disco de "gospel electrónico". Para configurar eso, ahí está la voz de Byrne, que emerge soportada por una prolija pared de sonido armada por Eno y sus clásicos teclados. En esa simpleza melódica que a la vez denota acierto en la selección de sonidos y en su armonización, reside el aspecto "amigable" de la mayoría de estas canciones. El punto más alto del trabajo, con diferencia del resto, se llama Strange overtones. Se trata de una canción en la que asoma por detrás alguna guitarra y en la que es imposible no remitirse al sonido de discos producidos por Eno como The Joshua Tree, el trabajo más popular de U2 y la razón por la que hoy bandas interesadas en tomar el legado de Bono (el caso de los mencionados de Coldplay) lo solicitan para que trabaje el sonido de sus discos. Un sintetizador que se repite sin acabar hasta el final del tema se vuelve el gancho definitivo de la canción. Sin embargo, hay algunos espacios en los que el pasado les juega en contra. El abuso de algunos efectos electrónicos pasados de moda (aunque todavía el "retro" sea la tendencia) atenta contra algunas de las canciones del disco. Pero pesan más los éxitos. La primera canción del disco, llamada Home, es una gentil puerta de entrada a un disco que luego tomará caminos menos luminosos pero igualmente rendidores. La atmósfera general del trabajo es relajante y por momentos hasta emotiva, cuando Byrne llega a los puntos más generosos de su registro de voz, el caso de canciones como Life is long donde también queda claro que Bono no solamente leyó del libro de Eno, sino que también ensayó varias veces la forma de cantar del escocés. Al haber sido lanzado en forma independiente, es probable que este disco no llegue en formato CD a las tiendas locales. Sólo puede ordenarse vía Internet, en el sitio everythingthathappens.com, que también permite la posibilidad de descargar esta nueva exitosa colaboración de dos figuras presentes en la cocina de la música mundial en diversos formatos. |