Hoe Music Works
Love This Giant
Here Lies Love
News, Press & Bios
Tours
Journal
Radio
Music
Art & Books
Film & Theater
Sound & Video
Stuff to Buy
Links & Info
Search


Hablano en lenguas

Jueves 21 de Octubre de 2004 By Adriana Franco
La Nacion

Recital de David Byrne , en guitarra y voz, con Paul Fraizer en bajo, Graham Hawthorne en batería, Mauro Refosco en percusión y The Tosca Strings, con Tracy Seeger, Jamie Desautels y Leigh Mahoney en violín, Ames Asbell en viola y Sara Nelson y Douglas Harvey en violonchelo. En el estadio Luna Park. Nueva función, hoy, a las 21.

Si algún despistado había apostado a que el show de David Byrne se centraría en su último álbum, "Grown Backwards", perdió claramente la apuesta. Lejos de eso, lo que hizo el ex Talking Heads fue releer parte de su historia musical a partir de ciertos elementos que comenzó a desarrollar en ese disco. Así, entonces, hizo honor al título y, desde el hoy, fue hacia el ayer, pero no animado por la nostalgia, sino por una actitud creativa de permanente reconstrucción.

El meollo del asunto estuvo en la formación con la que se presentó y volverá a presentarse esta noche: la conjunción de una banda de rock netamente rítmica (bajo, batería y percusión) a la que él sumaba eventualmente su guitarra y un sexteto de cuerdas.

El encuentro -que había anticipado en algunas canciones de "Grown Backwards"- se volvió aquí experiencia en vivo. Fueron pocos los temas en los que las cuerdas desaparecieron del escenario y así la mayor parte del show se centró en esta colisión de mundos, ya que, lejos de utilizar al sexteto como un mero proveedor de arreglos, sumador de timbres y colores, lo utilizó como un instrumento. Podía ser por momentos un toque sutil, o convertirse, en otros, en latigazos fríos y secos, en una suerte de extraña llamada y respuesta con la percusión.

Mirada global

El recorrido por su historia musical no se limitó a revisitar hitos de su propia carrera, sino también a presentar temas ajenos con este formato que le dio una unidad total al show. Es que Byrne no es, no quiere ser, dueño de un solo y monolítico lenguaje. Como ya lo anticipó con el título "Speaking in Tongues", del álbum de 1983 de Talking Heads, le gusta hablar en lenguas, ir y venir entre ellas, burlar sus límites, disfrutar de sus particularidades.

Así, junto a las composiciones propias se escuchó "Ausencia", tema cantado por Cesaria Evora para la película "Underground"; aprendió la lección del Kronos Quartet para interpretar "One Rainy Wish", de Jimi Hendrix, con este extraño esquema y casi sin guitarra (sólo la tomó sobre el final del tema); recordó a Cole Porter, con "Don´t Fence Me In", y a Giuseppe Verdi, en "Un di Felice, Eterea", de la Traviata, incluido en su último disco. Este ir y venir entre el pasado y el presente también sirvió para advertir que su voz no ha perdido potencia y que, además, ha crecido en recursos; así puede ser seca y fragmentada en algunas composiciones antiguas o adquirir un nuevo y suave matiz melodioso en las más recientes composiciones y, especialmente, en el aria verdiana.

Extraño tipo de showman Byrne se mueve por el escenario con movimientos de marioneta, camina marcha atrás como en un rewind de cámara lenta y baila extrañas danzas. Además, se esforzó toda la noche por hablar en un bastante correcto castellano y hasta sugirió, al cantar "María Landó", no perderse el show que daría Susana Baca al día siguiente ("Yo no voy a poder ir -dijo con gesto contrariado- porque tocamos en Rosario") y, cuando mencionó la película de Kusturica, recomendó vivamente el show que Goran Bregovic dará en tres semanas en Buenos Aires. Toda una agenda.

A Byrne le gusta hacerse uno con el lugar que visita. Varios se sorprendieron al verlo llegar en bicicleta al Luna Park, por la puerta de Madero. En los días que estuvo en la ciudad, se contactó con La Portuaria, de la que se declaró un fan y los invitó a participar en el show de esta noche, en el que también se sumará la chilena Javiera Parra. Además, se dio una vuelta por la sala de ensayo de la Orquesta El Arranque. Conocía su trabajo a través de uno de los integrantes de The Tosca Strings y, para sorpresa del grupo tanguero, llegó con discos de la banda que pidió que le firmaran.


© Copyright 2004 La Nacion. All Rights Reserved